El espacio escénico se llena con la presencia de un actor, con la mirada de un director, con el sonido de un texto... el actor bien enseñado corresponde a las didascalias, y el público disfruta de esta representación... en una función donde los objetos escénicos y los objetos personales cobran vida, como si fueran un personaje más... así los monólogos se transforman en diálogos, triálogos... etc... así la voz del dramaturgo llena la sala... y al final los aplausos...
El teatro de Adolfo Simón es un teatro que empieza en el momento en que surge la primera idea y concluye con el oscuro final... el antiguo TELÓN.Se trata de un teatro in-proceso, la idea inicial no se evoluciona, toma una dirección, gira, evoluciona, hace una parada... el silencio o las pausas,y vuelve iniciarse, está en un continuo viaje sin destino fijado. La palabra, el artículo, el verbo, el adjetivo, están en un cotinuo ir y venir... en este viaje surge el sonido palpante del autor, su respiración, aquel leve movimiento, el objeto que está presente pero que no lo usa... el objeto personaje... a veces aquel objeto mudo grita más que el actor...
En la dramaturgia de Simón, hay textos en los que en el título se indica el nombre del personaje... Pablo, Sebastián, Jacinto, Jack, Edipo, también existen obras en cuyo título no aparece ningún nombre, son estos también monólogos –Si no hay dios, No fue un sueño, o Segunda estrella a la izquierda -en estasno aparece ningún nombre propio- y finalmente existen dos piezas en forma de dialogo David y Goliat y Yo no soy yo. Todas estaspiezas tienen algo en común... no son monólogos... ni diálogos... son formas diseñadas en el espacio escénico, son voces sin sexo que se mueven entre los espectadores, son colores... son objetos... forman parte de un nuevo teatro donde los signos semánticos tienen que definirse de nuevo.
Los textos del Adolfo forman parte de un proceso escénicoPablo, Sebastián, Jacinto, Jack, y Edipo, pueden formar una “Pentalogía” o, pueden formar parte de una pieza con 5 “Escenas” sin ningun orden concreto... también unas se pueden intercalar con otras... sin que el nuevo texto pierda su originalidad y sus posibilidades en su escenificación.
Estaba presente en la escenificación de David y Goliat que montó el 2017 en Atenas... dos actores y el autor y director en una persona... los personajes salían de la hoja impresa y se transformaban en voz y en movimento en el escenario, -aunque esto pasa en todas las obras- lo que diferencia este montaje es que David y Goliat al momento de crearse como personajes llevan en sí elementos de todos los otros personajes... esto es lo que diferencia la dramaturgia de Adolfo...
Las muchas facetas que condicionan la personalidad de Adolfo Simón se vislumbran en el momento de crear: Autor, director, actor, creador plastico, gerente, pedagogo... estas son sus trincheras... escondido en estas, oculta en cada una los secretos del Arte Escénico. A la hora de crear las visita todas... le pedí sus otras obras, es decir, sacar a la luz su teatro oculto, el teatro escondido, olvidado en los cajones de su mesa... en las viejas carpetas... entre las páginas de aquellos libros llenos de polvo, el barquito que viaja... los libros que esconden, no palabras o historias sino el modo de ver el teatro... Ana Karenina de la montaña saca a la luz objetos... describe con su movimiento la personalidad escondida... en la montaña nevada hay objetos ocultos... como su teatro... un teatro en el que revela verdades... habla de la religión, del sexo, de la injusticia... saca a la luz los secretos del débil, del fuerte... del homófobo... del xenófobo... su teatro se mueve en muchos niveles diferentes... o quizás sólo en uno... como pedagogo teatral no enseña, sino que hace que el alumno entre en una situación de creación, quizás en su vana creación el alumno es capaz de pensar una obra teatral, o mejor dicho: una situación insólita... sus personajes a través de los actores van mas allá del texto, crean nuevas situaciones escenicas porque sabe muy bien que lo oculto hay que hacerlo... brillar en el espacio escénico...
STYLIANOS RODARELIS